miércoles, 27 de marzo de 2013

Un poco de magia

     El humo se disipaba lentamente en el aire dejando un agradable olor a café recién hecho. Acercó los dedos a la taza y la acarició suavemente para desentumecerlos. Cuando las yemas de sus dedos se descongelaron, abrió su bolso y sacó una cajetilla de tabaco. Sólo le quedaba uno, el que estaba al revés, el de la suerte. Sonrió mientras meneaba la cabeza, siempre le daba la vuelta a uno nada más abrir la cajetilla esperando que algún día uno de sus deseos se cumpliese y la supuesta suerte se cumpliese. Acercó la mano al bolsillo pero no notó nada, su sonrisa se difuminó, no había cogido el mechero.
Un sombrero de ala se posó en su mesa mientras el sonido de un viejo mechero encendía su pitillo.