Vuelco

La historia de la Navidad parece tener los primeros antecedentes en los años 320 - 353. Existen varias teorías sobre cómo se llegó a celebrar la Navidad el 25 de diciembre. Miles de años de historia y, al final, en cada casa es una distinta.

Un salón con un hermoso árbol decorado con esmero, los adornos puestos por los niños, orgullosos de su trabajo, que no saben que la mano de su madre ha terminado su trabajo mientras ellos dormían. Las montañas de dulces apiladas en platos distintos y que misteriosamente disminuyen su altura cada vez que alguien pasa por delante. Los kilos y kilos de langostinos vendidos durante días en las pescaderías. Unos regalos que esperan impacientes a ser abiertos por las ávidas manos de los pequeños de la casa. Envoltorios desechados y rotos en mil pedazos tras los que se encuentran las sorpresas de ese año, como dice mi hermano "lo que le ha tocado", algunas más agradables que otras.

¿Es todo esto realmente la Navidad? No, no lo es. Religiosamente celebramos el nacimiento de Cristo, pero esa tradición ha ido menguando hasta casi desaparecer. Pero queda el espíritu, esa sensación de vértigo que vuelve cada año en estas fechas, esa emoción al cantar villancicos que creías que tenías olvidados, una lagrimilla que se escapa cuando recuerdas a esa persona que falta, la carcajada que no puedes evitar cuando empieza la conversación de todos los años y ya sabes como va a terminar. 

En mi cabeza se mueve una idea, supongo que tras varios años empiezo a entender el por qué de celebrar estas fechas y poco a poco entiendo el por qué de dar las gracias. La fortuna que pocos ven, la suerte de recibir, eso que hay quienes no la tienen. Miro por la ventana y veo una máscara de felicidad, una careta que quiere ocultar lo que no nos quieren dejar ver. Esas personas que no tienen con quién celebrar, que no tienen cómo celebrar, y que aún así tienen su espíritu. Hay quienes ya no sonríen, quienes no quieren saber nada de fiesta. 

Si hay algo que de verdad hace que te dé un vuelco el corazón es ver la labor de los voluntarios. Esas personas que en su día de celebrar son las que lo están haciendo realmente a lo grande, esas personas que tienen su sonrisa y provocan decenas por donde pasan, como si fueran imanes atrayendo cargas positivas. Es por esto, por ese giro que provoca dentro de mí, por lo que, si tuviera que pedir algo por Navidad, pediría convertirme en un imán de cargas positivas.

                                

The Christmas story seems to have the first record in the years 320-353. There are several theories about how they came to celebrate Christmas on December 25. Thousands of years of history and, in the end, in each house there's a different one. A sitting room with a beautiful tree and carefully decorated ornaments placed by children, proud of their work, who don't know that the hand of her mother has finished its work while they slept. The mountains of sweets stacked in different dishes and which mysteriously decrease their height every time someone passes by. Kilos and kilos of prawns sold at fishmongers. Gifts that are waiting impatiently to be opened by the eager hands of the children. Discarded wrappers and broken into pieces after which there are the surprises of that year, as my brother says, "that he has had " some more pleasant than others.
Is that really Christmas? No it is not. Religiously, we celebrate the birth of Christ, but that tradition has dwindled to almost nothing. But it rests the spirit, that sense of dizziness that returns every year at this time , that emotion to sing carols you thought you had forgotten, the little teardrop that runs away your cheek when you remember that person who is missing, the laughter that you can not avoid when you start the conversation every year and you know how it will end.
An idea is moving in my mind, suppose that after several years I begin to understand why we celebrate these dates and slowly understand why of saying thanks . The fortune that few see, the lucky of receive , that there are those who do not. I look out the window and see a mask of happiness, a face that wants to hide what they don't want us to see. Those people who have no one to celebrate with, they haven't how to celebrate, and they still have their spirit. Some people do not smile, they don't want to know anything about the party.
If something really makes a heart overturn is seeing the volunteers' work. Those people who really celebrate it big, those people that with their smiles induce tens, like magnets attracting positive charges. That's why, for that rotation that causes inside me, if I had to ask for something for Christmas, I would apply for becoming a magnet of positive charges.